Trump favorito para ganar las primarias republicanas

Donald Trump en New Hampshire. Esta a un paso de ser el rival de Biden. (REUTERS/Mike Segar).

Lo que parece claro es que el expresidente parece decidido a cerrar las primarias por la vía rápida. Hasta ahora, con la gran ventaja que atesoraba, Trump ni siquiera se había dignado a debatir con sus rivales e incluso les había lanzado algún desprecio.

Pero una vez aclarado el camino, con el abandono de la mayoría de los aspirantes, al magnate solo le queda enfrentarse con Haley. Y por eso no ha dudado en pasar al ataque. El objetivo: conseguir la nominación lo antes posible y poder centrarse en Biden y en su lucha contra la justicia.

Y para ello Trump está tirando de sus clásicos. Entre ellos, los ataques machistas y racistas. Una tradición desde que el magnate llegó a la política hace casi una década y que tan buen resultado electoral le ha dado. En esta ocasión, Trump ha sacado la artillería antes de que Haley pueda ser considerada una alternativa importante para la nominación republicana.

Cabe recordar que la política es hija de inmigrantes indios. Curiosamente, el propio magnate también es hijo y nieto de inmigrantes, pero eso no ha sido impedimento para que ataque a su rival por este mismo motivo. Incluso ha aireado el bulo (información falsa, creada a propósito y de tal manera que sea percibida como verdadera) de que la ex gobernadora podría no estar capacitada para presentarse por no ser estadounidense. Algo que los republicanos en el pasado también hicieron con el propio Barack Obama. Una guerra sucia para afianzar su ventaja y acorralar a su contrincante para terminar forzando su abandono.

Nikki Haley es la única que sigue en la carrera contra Trump.

Entre los bulos y las descalificaciones no han faltado los insultos. El nombre original de Haley es Nimarata Nikki Randhawa y Trump ha cambiado el Nimarata por Nimrada, queriendo asociarlo a nimrod, que en inglés se traduciría como cabeza de chorlito. Así está avanzando la carrera republicana, aunque la candidata no se está quedando atrás y ha querido meter en el mismo saco a su rival y a Biden debido a la avanzada edad de ambos.

“Cuando estás lidiando con las presiones de la presidencia, no podemos tener a otra persona que cuestionemos si está mentalmente capacitada para hacer esto. No podemos”, ha señalado.

Haley tiene que salvar muchos puntos decisivos

Sin embargo, la carrera se presenta muy desigual. Tras la decisión de retirarse de DeSantis y de darle su apoyo a Trump, el expresidente goza de una ventaja sustancial.

Las últimas encuestas le dan a Trump más de un 66%, mientras que Haley se tiene que conformar con un 12%. En New Hampshire, sin embargo, la cosa está más apretada, con el magnate en un 50% y la aspirante en un 36%, tras haber remontado posiciones en los últimos días.

Por tanto, esta cita puede ser absolutamente decisiva. Una victoria de Trump tan contundente como la de Iowa puede hacer que estas primarias acaben rápidamente, mientras que si Haley es capaz de conseguir un buen resultado probablemente mantenga su campaña hasta el Supermartes. Ese 5 de marzo se reparten un tercio de los delegados totales y al ritmo que va el político republicano puede suponer conseguir la nominación directamente o quedarse muy cerca.

Mientras tanto, Haley juega cada votación como si fuera la última, intentando conseguir un milagro. Y ya sabe que su rival va a poner todo de su parte, y eso incluye insultos y bulos, para que las primarias republicanas terminen lo antes posible con su victoria. Si además es rápida y rotunda, le ayudará para lanzar su campaña para la Casa Blanca ante un Biden que llega en horas bajas. Las próximas semanas van a ser claves.

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