VN Pastor Nestor Garay

Primera conferencia

Audio de la primera conferencia, pastor Nestor Garay, Honduras

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Principios bíblicos para un liderazgo eficaz.

Le damos la gloria a Dios primeramente por este privilegio que nos permite estar en esta nación tan bella como es Venezuela.

¿Cuántos creen que es bella Venezuela? El avivamiento está ahora en este país. Es ahora cuando usted y yo tenemos que activarlos aún más. Amén. A proclamar la palabra de Dios sobre esta nación.

Lo que Dios empezó lo va a terminar y lo va a concluir y va a traer un despertar poderoso en el liderazgo y pastores de este lugar. Acá hay líderes, acá hay pastores que Dios los ha movido con un propósito.

Y ese propósito es capacitarse, ese propósito es empoderarse de Dios y entender que Dios es el que va hacer la obra en esta nación, que no es en sus fuerzas, sino que en las fuerzas del poderoso de Israel.

¿Cuántos lo creen que él es el poderoso de Israel?

Y él está aquí en este lugar. Él permitió este evento, hermano. Él lo ha permitido. Y si él lo ha permitido es porque algo se está hablando en el cielo para que suceda aquí en la tierra.

Y lo que he decretado en el cielo es cumplido aquí en la tierra. Eso yo lo creo en el nombre de Jesús. Entonces, hermano, a mí me toca hablar algo muy importante que son los principios bíblicos para un liderazgo eficaz.

Acá hay líderes y acá hay pastores también que han sido llamados con un propósito, que han sido llamados para entender que Dios derramó algo sobre cada uno de ustedes.

Déjeme decirle, hermanos, que Dios, la obra que empezó, la va a continuar en sus vidas, en sus ministerios, aún en sus comunidades.

A partir de ahora va a haber un impacto poderoso en sus vidas. Créalo que donde usted vaya, algo tiene que suceder. Donde usted se tiene que impactar, porque Dios está en medio del asunto.

Yo quiero que leamos en Gálatas 1:10 “Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo”.

Yo no ando buscando que la gente apruebe lo que digo, no ando buscando quedar bien con nadie, si así lo hiciera, yo no sería un servidor de Cristo.

Para mí lo importante es que Dios me apruebe. Gracias, eterno Dios, por este tiempo, Padre, por este privilegio, Señor, que me has concedido, poder estar aquí en este lugar.

Sé que tú tienes el control, sé que tú tienes el dominio, padre. Pon padre santo una palabra de ciencia sobre este lugar señor revelada por tu espíritu santo señor y que seas tú impactando señor a cada líder, a cada pastor, señor.

Mira el hambre y necesidad que tienen de ti, señor, y que seas tú, señor, haciendo obra, padre, en el nombre poderoso de Jesús, su iglesia dice. Amén. Amén, gloria a Dios.

Hermano, la necesidad más grande de la iglesia es tener líderes capacitados y competentes para hacer el servicio y el llamado de Dios.

Ante los desafíos, en estos últimos tiempos, desde mi experiencia como pastor en España, decían que en España era un cementerio de líderes.

Pero déjeme decirme que España hoy en día tiene un avivamiento para todo Europa y así venimos a declarar sobre esta nación que Venezuela va a tener un impacto en todo Latinoamérica, que va a ser la luz, la cual ya hay un avivamiento, un avivamiento no es que viene, el avivamiento ya está aquí.

Solo necesitamos activarlo como líderes, como pastores, y entender que llegó el tiempo de Dios para Venezuela.

Entender que Venezuela se levanta. Pero necesita líderes como usted, necesita pastores como ustedes, para que podamos agarrar las herramientas que Dios nos ha entregado.

Hay herramientas poderosas de Dios. Principios para un liderazgo eficaz. ¿Cómo puedo ser eficaz? El apóstol Pablo empieza diciendo, yo no ando buscando lo que la gente apruebe, lo que diga.

Recordemos que Pablo empezó su ministerio por un llamado. Para yo empezar mi ministerio tengo que tener llamado. Si yo no tengo un llamado, no puedo ejercer lo que Dios ha determinado sobre mi vida.

Pablo empezó su llamado, dice la palabra, con algo muy importante, que hoy lo declaro en el nombre de Jesús, tuvo un encuentro.

Para empezar ¿Cómo está realmente mi situación con Dios para poder yo capacitar líderes, para yo poder capacitar pastores? Mi llamado tiene que estar conforme al propósito de Dios.

¿Y saben? Y si Dios está en ese propósito, el negocio va bien. Si Dios está en medio del asunto, el asunto va a ir bien. Entonces, al ver la necesidad, hermano, ¿cuántos han visto la necesidad que hay en Venezuela espiritualmente?

Hemos visto la necesidad. Nosotros venimos de España, ahí también hay necesidad. Pero, ¿saben qué pasa? Cuando hay hombres como ustedes que hoy decidieron venir a este lugar, es porque quieren empoderarse.

Es porque quieren salir de aquí llenos del poder de Dios. No del poder de hombre. Pablo dice, yo no ando buscando lo que la gente apruebe lo que diga. ¿Qué importa lo que digan los demás?

Líder y pastor Lo que importa lo que Dios está diciendo de ti, qué importa que en tu iglesia se te van tus líderes, déjame decirte que, si se van ellos, vienen otros en el nombre de Jesús.

Déjame decirte que, si una puerta se cierra, se abren siete puertas en el nombre de Jesús. Esa es la actitud de Dios para los corazones cuando le amamos de corazón.

Y acá hay gente que ama a Dios, siento en el espíritu que hay gente que ama a Dios. Sí, gloria a Dios. Es más, usted dejó muchas cosas hoy, apartó este tiempo para venir buscar presencia de Dios.

Y déjeme decirle que la nube de gloria está sobre este lugar. Empodérese, atrape, atrape la bendición en el nombre de Jesús.

Los líderes y pastores no tenemos que quedar bien con las ovejas. Quedemos bien con Dios. Cuando usted quede bien con Dios, las ovejas van a entender lo que le importa a usted, que es Dios.

Y si Dios está ahí, no hay quien pare el poder de Dios y el movimiento de Dios sobre ese lugar. Pablo entiende, él sabe su llamado y sabe cómo capacitar a sus líderes, sabe enseñarle.

Aunque los líderes pasaron pruebas, dificultades, Pablo ahí estaba. Pastores tienen que amar a sus líderes.

Esos son los pilares que están ahí dentro de sus iglesias Son los pilares que interceden. Yo he aprendido algo de mi pastor Isaías que siempre dice que el pastor es amigo de todos, pero no todos son amigos del pastor.

Y así es. Nadie sabe las situaciones de los pastores. Los líderes a veces no sabemos también la situación de nuestros pastores. Pablo, por eso dice, que no ando buscando quedar bien con nadie.

Si así lo hicierais, ya no sería yo un servidor. Antes de usted ser pastor, de ser líder, fue un servidor, pero nunca deje de servir, nunca deje de capacitarse, nunca deje de buscar la presencia del Señor.

Pablo dijo, “no es que lo he alcanzado todo”, él sabía que necesitaba aún más de la presencia del señor.

Y cuando leemos, hermano, un punto que quiero apuntar aquí, la autoridad para liderar viene de Dios. Dios lo escogió a usted.

Dios lo está capacitando para poder liderar. En Lucas 7:2-9 en adelante.

“Y el siervo de un centurión, a quien este quería mucho, estaba enfermo y a punto de morir. Cuando el centurión oyó hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos, rogándole que viniese y sanase a su siervo. Y ellos vinieron a Jesús y le rogaron con solicitud, diciéndole: Es digno de que le concedas esto; porque ama a nuestra nación, y nos edificó una sinagoga. Y Jesús fue con ellos. Pero cuando ya no estaban lejos de la casa, el centurión envió a él unos amigos, diciéndole: Señor, no te molestes, pues no soy digno de que entres bajo mi techo; por lo que ni aun me tuve por digno de venir a ti; pero di la palabra, y mi siervo será sano. Porque también yo soy hombre puesto bajo autoridad, y tengo soldados bajo mis órdenes; y digo a este: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. Al oír esto, Jesús se maravilló de él, y volviéndose, dijo a la gente que le seguía: Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe”.

El centurión dice la palabra que era un hombre líder. Que él mandaba, enviaba, él daba órdenes. Pero sabe que este centurión no se congregaba en ninguna iglesia. Este centurión no era que iba todos los domingos a la iglesia, que daba el diezmo, las ofrendas.

No. Él sabía que había un Dios. Porque, ¿sabe qué dice? Ese varón amaba tanto a su siervo, a un servidor de su casa, lo amaba tanto que mandó a buscar al mejor de mejores a Jesús de Nazaret.

Él entendía que había un líder mayor que él. Necesito Jesús que tú vengas. ¿Qué les quiero decir con esto? Que necesitamos reconocer quién es el líder en nuestra vida. Que necesitamos reconocer el liderazgo que Dios ha depositado en cada uno de nosotros.

El centurión dice la palabra que entendió y le dijo a Jesús “pero di la palabra”. ¿Tenía autoridad Jesús o no? Claro que tenía autoridad, tenía poder, tenía unción, y el centurión se da cuenta que el único que puede salvar a su siervo es Jesús.

El único que podía hacer el milagro es Jesús. El ser todo supremo. El de mayor autoridad. Entonces iglesia, para nosotros entender de un liderazgo que viene de Dios, yo tengo que primeramente agarrarme a Dios.

Tengo que afirmarme a Dios, tengo que decirle Dios tú conmigo y yo voy a hacer en ti señor, Si Dios no está en el asunto, pastores, líderes, es en vano el trabajo.

Tenemos que consultarle a Dios lo que vamos a emprender, tenemos que consultarle a Dios lo que vamos a hacer.

El centurión se dio cuenta que la autoridad no estaba en él, que había una autoridad mayor en los cielos, que tomaba las decisiones y que lo detectaba en la tierra.

Hoy vengo a decirte en el nombre de Jesús que lo que tú declares, eso se va a cumplir en tu ministerio. Ese es el Dios al que usted y yo le servimos.

Entonces, este principio, hermano, la autoridad para heredar, ¿viene de quién? De Dios.

Dios revela a sus escogidos y los capacita. Él te empodera, te da instrucciones para que tú desempeñes el llamado que Dios ha puesto sobre tus hombros.

¿Quién dijo pastores que es fácil ser pastor? ¿Verdad que no es fácil? Pero no es imposible.

Cuando mi líder se llama Jesús, las cosas van a ir más fácil.

La autoridad me lleva a mí a la obediencia. Porque si yo no obedezco al llamado de Dios, hay consecuencias.

Tu misterio estará ahorita pasando un proceso. No sé qué proceso estará pasando cualquier pastor de los que están aquí. Pero déjame decirte que hay una autoridad del cielo que te dice que no estás solo. Que él está contigo. Y que los procesos son para hacerte más fuerte. Los procesos son para levantarte, para despertarte, para decirte Dios, quizás no te habías dado cuenta, pero aquí estaba yo.

Yo creo que, en el nombre de Jesús, tú no vas a salir de esta cumbre como viniste. Te vas a ir empoderada de aquí, vas a dar de lo que vas a recibir en este lugar, en tu comunidad, en tu barrio, en tu iglesia, vas a dar de lo que Dios te va a depositar hoy.

Porque siento que Dios ya está empezando a dar. Siento que Dios está empezando a ministrar sus vidas, está haciendo algo ahí donde usted está sentado, ahí en esa butaca, Dios lo está haciendo.

 

En España no es fácil predicar. Ustedes como líderes tienen una herramienta poderosa. Nosotros allá no podemos salir a evangelizar como se hace aquí, no podemos montar una campaña como se hace aquí, no podemos hacer el ruido que se hace aquí.

Cuando digo ruido es la alabanza espiritual que se hace. Allá llega el vecino y le dice “por favor cállese”, primer aviso. Le bajó el volumen usted.

Otra vez, segundo llamado. Y luego, te cae la policía. Llevamos años queriendo sacar un permiso para hacer una campaña en la plaza del ayuntamiento. Y no nos lo conceden.

Ustedes aquí líderes, pastores, tienen esa capacidad que si hoy montan unos altavoces en la calle y empiezan a predicar, nadie les dicen nada. Denle gloria a Dios por eso, denle gloria a Dios por esas ventajas y esas herramientas.

Usemos las herramientas que Dios nos ha entregado en nuestras manos. Cada pastor tiene su complicación, pero déjeme decirle que Dios está al control de todo.

El líder cristiano es un siervo humilde. Mire lo que dice Filipenses 2:6-7 “el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres”.

¿Hechos semejante a quién? A los hombres. ¿De quién está hablando Pablo aquí? Pablo entendía el ministerio que cargaba porque no fue llamado por hombres, fue llamado por Dios directamente a través de su hijo Jesús para un encuentro personal que tuvo con él.

Y él vio el sacrificio de Jesús. Y dice la palabra, sí que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo. ¿Qué es un siervo, hermano? Alguien que sirve.

Alguien que está dispuesto a dejarlo todo por hacer el trabajo para la obra del señor. Alguien que cree que Dios lo llamó, alguien que se capacita para poder enseñar a otros. Jesús vino aquí a la tierra para capacitar a doce.

Él conoció el corazón de cada uno de ellos. Él anduvo con ellos, comió con ellos, él sabía el carácter de cada uno de ellos. Él sabía la actitud de cada uno de ellos y él sabía la función que podía hacer cada uno de ellos.

Y yo creo que acá hay pastores y líderes que saben la función que tiene cada líder, cada ministro de su casa. Porque Dios te da sabiduría y revelación.

Tienes que saber el equipo que tú tienes. Jesús lo sabía. Tomás dudaba, pero Jesús sabía que lo que hacían ellos lo hacían de corazón. Jesús sabía que, aunque tenían sus locuras, sus cosas, sus actitudes, buenas o malas, sabían que había un corazón de servicio.

Porque dice la palabra que dejaron todo, por servir a Jesús. Quiere hacer algo en tu vida. Dice la palabra que Jesús se humilló hasta lo sumo. ¿Pudo decir que no Jesús?

Claro que sí pudo negarse y no se negó porque él dice voy a capacitar a los pastores y líderes de Venezuela para que impacten en esta nación, para que se empoderen pero que pide el Señor de ti un corazón humilde.

 

Cuando llegues a la cima, acuérdate donde Dios te sacó.

Cuando ya tengas aquella iglesia enorme con muchos siervos y miembros, acuérdate de Dios donde te sacó. Gloria a Dios. Y siento en el espíritu que hay iglesias grandes aquí, que hay pastores de iglesias grandes.

Capacita a tus líderes en esa iglesia y enséñales principios de humildad que cuando venga la abundancia cuando venga la abundancia de parte de Dios se acuerden quién fue el que le dio eso. Dice la palabra, sino que se despojó a sí mismo tomando forma y vuelve de siervo.

Celebramos el nacimiento de Jesús y en esta semana lo están crucificando. ¿Cómo es eso? ¿Cómo se come eso? ¿Cómo se digiere? Si yo entendí que Jesús resucitó al tercer día, él está aquí en este lugar.

Si resucitó es porque usted cree que hay una promesa de Dios para su vida. Él resucitó. No lo estamos crucificando ya, él se sacrificó por usted y por mí ya.

 

¿Y fue qué? Humilde. ¿Dónde está sentado Jesús? A la diestra. Y no porque lo quiso sino porque el padre, te pone en lugares privilegiados.

Cuando tú le entiendes el negocio a Dios, él dice, bueno hija mía, te voy a poner en el lugar que te mereces. Y yo declaro en el nombre de Jesús que Dios te pone en la posición que te mereces.

Dios te pone en el sitio adecuado, las personas adecuadas para poder ser esa proyección de la palabra de Dios en ese lugar. Yo lo declaro en el nombre poderoso de Jesús.

Líderes y pastores, Dios quiere que se capacite con la palabra. Dice que la palabra es la verdad y donde está la verdad hay vida. Conoceremos la verdad y esa verdad os hará que libres. Esa verdad te va a hacer libre.

Entonces, cuando yo leo proverbios, me doy cuenta, iglesia, de que la palabra tiene que estar en mi boca. Y si mi la palabra de Dios está en mi boca va a haber un efecto de productividad en mi cuerpo de Cristo.

No va a venir cualquiera a engañarme, no va a venir cualquiera a decir, ah, sí es cierto, porque la sana doctrina ya está en tu ADN, que es el ADN de Cristo.

Hoy Cristo quiere capacitarte para que entendamos la revelación de la verdad, la revelación de la palabra de Dios. La palabra es verdad, la palabra de Dios es poder. Y ese poder está sobre ti.

Acá pastores y líderes que están diciendo, señor, lo que yo deposito también lo voy a depositar en otros. Yo no me voy a quedar, señor, porque la palabra me enseña dar por gracia lo que por gracia habéis recibido.

Y que hemos recibido la verdad. Que hemos recibido ser humildes. Que hemos recibido ser imitadores de Cristo. Ser imitador me va a llevar a mí a conocer la verdad.

 

Hay un principio muy importante que la iglesia, los líderes y pastores necesitamos, porque me incluyo, es la oración.

Tenemos que ir al monte a orar con los líderes. Pastores, separar un tiempo con el liderazgo. Queremos impactar Venezuela, pues vamos a orar, vamos a orar con dirección, vamos a orar con fe, vamos a orar como equipo ministerial.

Jesús cuando oraba era porque tenía intimidad con su padre. Cuando oraba era porque sabía que su padre iba a responder lo que él estaba adelantando. Jesús en un momento dijo, pasa de mí esta copa, pero que se haga, ¿qué? Tu voluntad.

Cuando yo tengo intimidad con Dios, conozco a Dios.

¿Cuántos son honrados aquí? Somos honrados hermanos solamente con despertarlos hoy y decirle, señor, gracias porque tu misericordia está en mi vida. Gracias, señor, porque me desperté, él te honra con darte un día más de vida.

Él te honra con el ministerio que tú tienes, porque a veces queremos honra de hombres, no, la mejor honra es la de Dios.

Para mí lo importante en un servidor de Cristo es quién lo aprueba, Dios. ¿Cómo vamos a hacerlo? En oración, intimidad y luego viene la honra. Dios te va a honrar con tu ministerio.

No esperes del vecino, de la vecina. Es una honra de poder para nuestras vidas. Entonces, hermano, yo entiendo lo que Dios quiere hacer en este lugar. Tú no viniste aquí por casualidad, tú viniste aquí porque Dios quiere empoderarte.

Para traer un cambio a esta nación, para traer un cambio a tu ministerio, para traer un cambio en el liderazgo, en esta cumbre se ha orado mucho, y sé que esta cumbre es la primera, pero vendrán muchas cumbres más. Y que ya no será en este local, será un local enorme que pueda venir toda la comunidad de pastores y de líderes en el nombre de Jesús.

Sin cesar, orad en todo tiempo, orad en todo momento, orad sin parar. Ora por tu ministerio, no pares. Aunque vengan pruebas, aunque vengan dificultades, no te rindas. Dios te dio un carácter y te dio una actitud.

Ya no puedes más, demasiadas cargas, la situación de Venezuela, solo se me congregan tres hermanos. No te rindas, no te rindas, continúa, Dios te va a dar las herramientas, te va a dar la fuerza para continuar.

No te rindas iglesia. Proverbios 8:17 “Yo amo a los que me aman, Y me hallan los que temprano me buscan”.

¿Ahí estamos en qué? En la intimidad, en la honra, en el carácter de Dios en nuestra vida. El carácter de Dios. Oiga, y no el carácter mío, sino el de Dios en sus vidas.

 

Así que pastores, líderes, activémonos en el nombre de Jesús. Activemos a un nivel mayor, activémonos a hacer lo que Dios ha depositado en nosotros, al llamado que él tiene como líderes y como pastores.

Llegó el tiempo del despertar. Amén. Pero Dios quiere despertar primero el liderazgo, quiere despertar primero a los pastores. Si los pastores y los líderes no se despiertan, ¿cómo se va a despertar el que no conoce?

Por eso, Dios trajo este movimiento esta mañana sobre este lugar para que nos despertemos en el nombre de Jesús. Y decir, Señor, vamos a levantarnos en tu nombre.

Señor, llegó el tiempo de la conquista, llegó el tiempo de arrebatamiento, llegó el tiempo del aceleramiento para yo empoderarme en ti, señor, y hacer cumplir esa promesa cuando tú me llamaste.

Porque él te llamó, él te escogió, y por lo cuanto él no te va a abandonar. Él está ahí en tu obra, él está ahí en mi ministerio, él está ahí, solamente creele a él, confía en él, y él hará, dice su palabra, él hará.

No es en tu fuerza, líder y pastor, es en la fuerza del Señor. Amén.

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