VN Isaías Mota

Audio de la cuarta conferencia, pastor Isaías Mota.

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Formando una cultura de lealtad en el ministerio.

El espíritu Santo trae una base, un fundamento que Dios nos ha dado acerca del despertar de Venezuela en estos últimos tiempos.

Creo que la iglesia juega un papel muy importante en la transición que Dios está haciendo, y como Dios empezó a hablar a través del pastor Néstor, acerca del liderazgo, acerca del carácter, de la formación, luego el apóstol Miguel Reyes, que estuvo enseñándonos los principios apostólicos para la gran cosecha, y la pastora Loli, que hace un momento nos estuvo ministrando de ese carácter y de esa formación a nivel interno y externo que necesita un líder, un pastor, un evangelista, un maestro, cada uno de ustedes. Tenga la mayor seguridad que aquí no hemos venido a perder el tiempo.

Y yo quiero compartir con ustedes algo muy interesante que el Señor me ha dado, que yo sé que ya ustedes lo tienen por allí en maqueta, lo han estado tal vez viendo, desde el primer momento que se comenzaron a compartir los afiches, a compartir en los medios de comunicación, porque voy a ministrar acerca de la cultura de la lealtad en el ministerio y quiero leer la primera carta a los Corintios 4:2 en la nueva traducción viviente. “Ahora bien, alguien que recibe el cargo de administrador debe ser fiel”.

Y dice el apóstol Pablo, en cuanto a mí, me importa muy poco cómo me califiquen ustedes o cualquier autoridad humana, ni siquiera confío en mi propio juicio en este sentido.

Esta base bíblica que tomamos es una referencia bastante importante porque Pablo primeramente habla de la responsabilidad que él tiene como apóstol.

Y él dice que él ha recibido un cargo diga conmigo cargo. ¿Qué es un cargo? Un cargo es una asignación, un cargo es una responsabilidad, un cargo es un lineamiento a seguir.

Y cuando el apóstol Pablo dice, yo he recibido un cargo, él habla que el cargo que recibe es un cargo de administrador, ahí no habla que es un apóstol, no habla que es un profeta, no habla que es un maestro, ahí no habla que es un evangelista, sino que dice, yo soy un administrador.

Un administrador es alguien que administra los bienes de otro y también sus propios bienes. ¿Cómo yo puedo desarrollar principio de administración?

Tengo que edificar primeramente mi casa, tengo que ser un buen administrador en mi casa, Dios me ha entregado como pastor, como maestro, como líder, como profeta, como apóstol, desde el punto de partida o desde el lugar de servicio donde Dios me ha asignado, Dios quiere que yo sea un buen administrador.

Entonces, Pablo habla y dice que un administrador recibe un cargo, pero él dice que debe ser fiel.

Ahí no dice que debe ser una persona buena. Porque a veces queremos ser más buenos que Dios. A veces pensamos que nosotros le vamos a solucionar los problemas a todas las personas que vienen y buscan un consejo.

Si yo no tengo los principios bíblicos claros, en vez de yo ser de bendición, voy a ser de obstáculo al crecimiento para otro.

Si yo no tengo claro mi llamado, si yo no tengo claro mi trabajo, si yo no tengo claro mi cargo, desde ese punto no voy a entender qué es lo que Dios quiere, no busques lo que usted no haya dado, cuando alguien me dice a mí es que yo no tengo nada que ofrecer porque tú no has dado, tú te ofreces cuando tienes, los principios bíblicos son muy claros y la palabra dice que el que da recibe si tú no tienes porque no das.

Entonces, la cultura de lealtad empieza a establecerse cuando estamos claros, ¿en qué?

En cuál es nuestro cargo, en cuál es nuestra responsabilidad. Entonces, aquí habla de algo muy interesante en cuanto a mí, me importa muy poco cómo me califican los demás.

Dice poco, no está diciendo en plural, no me interesa lo que la gente tal vez opine o lo que la gente de una manera u otra atribuya, o lo que la gente hable o me califique, sino que yo entiendo cuál es mi cargo, y primeramente yo confío en quien me llamó, quién nos llamó a nosotros a servir, Dios.

¿Quién no ha provisto todas las herramientas para el servicio? Dios.

Entonces la cultura de lealtad es uno de los temas más emocionantes a nivel bíblico y a nivel profético, pero muy poco enseñado y muy poco impartido dentro de la iglesia y la cultura.

Yo hablo desde mi perspectiva, hablo desde mi trabajo de asignación que es Madrid, tenemos una iglesia multicultural, tenemos muchas naciones representadas, tenemos hondureños, allí tenemos peruanos, tenemos colombianos, tenemos venezolanos, ahí tenemos también rumano de Europa del Este, dominicano. Bolivianos y otras naciones.

Es una iglesia multicultural. Si no estamos claros de los principios de la cultura, de la lealtad, cada quien va a querer crear su propio idioma, su propia tendencia dentro de la iglesia.

Hay iglesia a que no tienen una estructura bastante formada o bastante sostenida en la palabra y eso crea un conflicto interno y no nos entendemos entre nosotros mismos.

A veces queremos que la gente nos ame, que la gente nos respete, que la gente nos valore, pero nosotros no lo hacemos con ello.

El primero que tiene que amar es el pastor. El primero que tiene que amar es el líder, el primero que tiene que ofrendar y diezmar es el pastor también.

Cuando le dije a mi cuñado para que él administrara la ofrenda, ¿sabes qué me dijo mi cuñado? Es que los pastores no ofrendan, yo derribé ese muro de una vez. Porque la semilla que tú siembras es la cosecha la cual tú recibes.

Entonces, cuando no estamos bien estructurados, no vamos a poder hablar el mismo idioma y tenemos algo los latinoamericanos, somos los únicos que hablando la misma lengua no nos entendemos.

¿Sabe por qué? Porque entre nosotros mismos cada quien tiene su propia cultura y su propia forma de ver las cosas.

Pero yo vengo a decirte en esta tarde que un Dios, el cual nosotros le servimos, habla un solo idioma. No vamos a entender a Dios si no tenemos la revelación de su lenguaje.

Entonces, la iglesia va a pasar por diferentes etapas de división y nos vamos a etapa de división y no nos vamos a dar cuenta el por qué o la razón por qué sucedió.

Y le vamos a echar muchas veces la culpa a la gente, es que era malo,

 nunca me han amado como pastor, o nunca me han entendido, lo he dado todo y no he recibido nada de los que están dentro. Y si usted no entiende la manera como trabaja satanás va a jugar con usted, con su casa y su familia.

Pero cuando tú estás claro de tu posición y tu servicio al Señor, la palabra te va a dar seguridad. Huirá satanás porque hay una resistencia bíblica. Resistir.

Y él va a huir de nosotros. ¿Cuál es la resistencia? La palabra. Tengo una resistencia, estoy blindado, blindada por la palabra de Dios y eso crea un cerco de seguridad, tanto en el exterior también como en el interior.

En el caso de Jesús, sus ataques fueron duros por los fariseos, por los publicanos, pero el golpe mortal, ¿por quién fue?

Por Judas.  ¿Y dónde estaba Judas? ¿Fuera o dentro? Dentro. Si no creas una cultura de lealtad, vas a vivir de traición e traición.

La lealtad es un compromiso espiritual y moral y hasta la muerte. Cuando un hombre se casa jura estar en las buenas y en las malas. Cuando al hombre se le olvida, la mujer se lo recuerda.

El que dice que te ama se tiene que casar contigo, con lo que tú crees.

El que dice que te ama no puede ser de palabra. Tiene que haber una demostración, porque Jesús les dijo claramente a los fariseos, ustedes de labios me honran, pero su corazón está afuera.

El que ama no pone condiciones. El que ama lo entrega todo. Y la cultura de lealtad va a comenzar con una entrega. Jesús se entregó por nosotros, se sacrificó por nosotros, murió por nosotros.

Si hoy estamos acá celebrando este evento es porque entendemos que él ha sido fiel de generación en generación y nos ha posicionado en el momento más importante histórico para provocar algo diferente sobre la nación de Venezuela.

Y no es fácil, nos toca a veces duro, porque uno como pastor entrena líderes y después que llegan a un estatus, una posición, ellos se creen más grandes que su pastor, que su mentor, que su apóstol. Esto es un problema Y la mejor solución a esto yo se las voy a aportar a través de fundamento bíblico.

Porque si vamos a hablar de que Venezuela está en un avivamiento, el avivamiento no sucede de una división, el crecimiento no sucede de una división, el avivamiento surge de gente comprometida y apasionada con un mismo propósito y un mismo fin.

Tiene que tener mucho cuidado. El manto que tú honras es el manto que te bendice y te califica para que tú seas promovido y promovida a tu propósito ¿Cuáles son las características de una persona de leal?

Si estamos hablando de una cultura de lealtad, yo tengo que conocer los componentes que pueden tener personas que dicen ser leales.

Pero escuche esto, interesante, pero sus acciones su actitud demuestran todo lo contrario a lo que dicen que son.

El desleal siempre es una persona conflictiva. Siempre busca la manera de crear un conflicto en medio de un momento de tomar decisiones fuertes por crisis o situaciones las cuales están sucediendo.

El desleal siempre busca la manera de engendrar odio para que haya una división a nivel de corazón y a nivel de una iglesia. Odian y se sienten mal cuando otros crecen y ellos no.

Hay pastores que dejan de hablarle a otros pastores porque tienen menos oveja que ellos.

Es más, hay muchos que califican una iglesia que no ha crecido a un nivel proporcional como una maldición. Yo sé que aquí no están esos tipos de pastores porque si no hubiesen venido.

Y cuando esto sucede crea odio y la persona se siente mal. Y eso hace que de una manera u otra haya un resentimiento y haya una división de sentimiento y una división también de entrega de corazón.

Otra característica que tiene una persona desleal es que es una persona que murmura, no se queda callado. A todos le busca un pretexto y comienza a juzgar las cosas que están sucediendo.

Si yo fuera el pastor de la iglesia, yo lo hiciera mejor. Si yo fuera el adorador o la adoradora de la iglesia, los ángeles bajaran todos los días y visitaran la iglesia.

Los púlpitos no son lugar de entretenimiento, los púlpitos son lugar de transformación. Los púlpitos no son para murmurar y crear contiendas, sino para que el cuerpo de Cristo sea edificado.

Y cuando no hay una cultura de lealtad, la murmuración va a ser una polilla que va a empezar a ocasionar un daño hasta tal punto que va a dividir la iglesia internamente.

Pasará lo que pasó con la iglesia de los Gálatas después de recibir al apóstol Pablo en su primer viaje misionero y darle lo mejor, atenderlo VIP, la mejor cama, la mejor comida, la mejor atención, y cuando va la segunda vez ni siquiera le brindan algo, Pablo dice algo aquí pasó.

¿Quién los engañó a ustedes? Es que vino Pedro y nos enseñó que la ley todavía sobre nosotros tiene una autoridad.

Que la circuncisión hay que seguirla haciendo, y yo les he enseñado que la circuncisión aquí es en el corazón.

¿Ustedes piensan que eso no creó un problema ministerial entre Pablo y Pedro?

Un apóstol pone un fundamento y el otro apóstol pone otro fundamento. Lo interesante de todo esto, que ningún fundamento tiene una validez si el fundamento primeramente no es Cristo.

Dios siempre va a respaldar su palabra. La palabra nunca regresa vacía, ellas cumplen el propósito para lo que fue enviada. Pero las consecuencias de los daños quedan.

¿O tú piensas que Dios no te va a pedir cuentas un día de esas almas que él te entregó? Y por tú murmurar la sacaste de la iglesia. Hay pastores que dicen que tienen ovejas que murmuran y los primeros que murmuran son ellos.

¿Qué les pasó a María y a Aarón?

Usted conoce la historia. Ellos quisieron familiarizarse con el hombre de Dios simplemente por los lazos de familia y se les olvidó que era el hombre de Dios y murmuraron en contra de él, porque se enamoró de una negra.

Ellos no lo aceptaban. ¿Y quién hizo justicia por ello? Dios porque cuando se crea una cultura de lealtad, Dios va a hacer justicia en medio de las injusticias.

Recuerde que por más que usted quiera orar y decir hazme justicia tú tienes que darle a Dios un motivo de por qué tú quieres justicia. Hay gente que quiere recibir todo lo de Dios, pero no le da nada a Dios.

Dale un motivo a Dios es por qué tú quieres que Dios te haga justicia. Dale un motivo a Dios porque tú quieres que Dios haga un milagro. Dale un motivo a Dios porque tú quieres que tu iglesia vaya en un crecimiento y un auge.

Y el motivo que tú le des a Dios va a ser la herramienta que Dios va a usar para que su gloria sea manifestada y tú tengas todos los recursos que tú necesitas para establecer el reino.

Todos nosotros, en momentos precisos, siempre estamos apelando a un milagro, a algo que suceda.

Dios te libró para que tú seas leal. Él me sirvió a mí. Tú no te puedes desviar. Mientras tú tengas un código de lealtad y de servicio, Dios te va a honrar.

¿No libró Dios a Daniel del foso de los leones? Todos sabían que Daniel podía morir esa noche, pero hasta el mismo rey sabía que Dios podía hacer un milagro y por eso fue y lo llamó por su nombre.

Cuando hay alguien que tiene un código de lealtad y sabe que Dios lo ha llamado en un momento preciso en su vida, en el día malo te librará Jehová.

No serán los dones ni los talentos que tú tienes, es la manera como tú sirves apasionadamente a Dios porque tú le amas, no por lo que Dios te ha dado por talento, no por lo que Dios te ha dado como ministerio, sino porque tú sabes que Dios te escogió. Cuando yo entiendo que Dios me escogió con un propósito y tengo claro mi llamado y mi cargo como dice el apóstol Pablo, entonces lo demás va a ser solo una herramienta de desarrollo y de trabajo para complementar lo que Dios va a hacer.

Le voy a dar otra característica de alguien desleal. Está destinado a herir. ¿Cuántos se han sentido herido en alguna oportunidad?

Mi esposa hablaba que hay veces que el esposo maltrata a la mujer o la mujer maltrata al esposo, el maltrato es una de las herramientas que el diablo está utilizando para desprestigiar y a la vez también acabar con lo que es la lealtad y con lo que es el compromiso moral del ser humano.

Si nosotros no entendemos lo que es el amor, es porque no hemos recibido la revelación de Dios.

Las heridas provocan en las personas una marca. Escuche esto, porque muchas veces decimos yo me olvidé, pero no es así, la única manera que usted se olvide es que usted no tenga memoria. El único que no tiene memoria de tu pecado es Jesús.

Pero la gente todos los días se acuerda de lo que tú le has hecho. Jesús dice, de tu pecado no tengo memoria jamás, pero el hombre te dice, yo tengo todos los días lo que tú me hiciste presente.

Perdone, pero no se me olvida. Porque es una herida, es una marca. Y si no corregimos eso como principio para crear una cultura de lealtad, nos vamos a herir.

Una cultura de agradecimiento dentro de la casa, desde el punto de familia, como esposo, como hijo, como hermano, en todos los sentidos de la palabra, internamente dentro de la iglesia, entender que como cuerpo de Cristo todos somos importantes dentro del cuerpo y todos tenemos una función dentro del cuerpo, o sea que cada miembro del cuerpo es funcional.

Ahora yo tengo que conocer cuál es la función que yo estoy cumpliendo.

Si la estoy haciendo o no la estoy haciendo. Es muy importante que entendamos esto. Muchas veces tenemos personas dentro de nuestra estructura, voy a hablar del punto de vista ministerio en esta hora.

Tal vez hipócrita y tal vez muchas veces nosotros por decencia y por amabilidad dejamos pasar cierto comportamiento y ciertas acciones y no corregimos y no confrontamos en el momento porque decimos, es que, si yo le confronto, le digo algo, es una líder que tiene un grupo o que le sigue tantas personas y se van a ir con él o con ella.

Si usted tiene ese temor o ese miedo como pastor, es porque no ha creado una estructura de cultura de fidelidad y de lealtad dentro del ministerio.

Tenemos que estar claros, estamos acostumbrados a valorar la gente muchas veces por los dones y por los talentos.

Y déjeme decirle algo en esta tarde. Tú puedes nacer con un talento o el Espíritu Santo te puede dar un don, pero tu estructura como carácter va a ser lo que te va a dar vocación y a la vez te va a dar la actitud de cómo tú vas a cumplir ese rol o ese compromiso con ese don que te ha sido dado.

A veces el que tiene talento son los primeros que ocasionan problemas y división entre ministerios.

Pero el que es fiel tiene la capacidad no solamente de tener talento, de tener dones, sino que tiene la capacidad de ser un administrador porque ha entendido desde el lugar donde Dios lo ha colocado cuál es su llamado.

Entonces tenemos que trabajar con personas las cuales vamos a levantar nosotros mismos, diga yo voy a levantar personas dentro de la iglesia, dentro del ministerio con cultura de lealtad.

No va a venir otro de afuera, porque a veces la oración de la iglesia es esta, Dios va a traer a alguien, Dios va a traer a alguien.

Cuando nosotros leemos bíblicamente los cambios y las transformaciones que sucedieron en los momentos de crisis en Israel, cuando ellos tuvieron que transicionar, Dios no traía otras personas, Dios lo levantaba en medio de ellos, y algo está sucediendo, y es que Dios está levantando en medio de ustedes, hombres y mujeres llenos del Espíritu Santo, capaces de poder discernir este tiempo y conocerlos con la realidad espiritual en que se encuentra Venezuela para provocar los cambios, los cuales Dios ha hablado en este tiempo.

Nosotros somos los responsables. La iglesia tiene que ser llena del amor de Dios. El ministerio debe de operar en el poder del amor, la unidad y el trabajo en equipo.

Hay que tener claro, lo que es el principio del amor, lo que es el principio de nosotros darnos a la gente. Yo creo que no somos merecedores de lo que Cristo ha hecho por nosotros.

La muerte de Jesús fue por la gente. Y todo lo que ha venido pasando en esta cumbre ministerial, si resumimos hasta ahora y hacemos un resumen estructural de todo, nos daremos cuenta de dos cosas:

La formación del carácter dentro de la estructura de iglesia, el trabajo que nosotros tenemos hacia las almas a nivel de afuera, y luego lo que hablaba la pastora Loly ¿Cómo podemos nosotros retener esas almas, esas vidas que han llegado?

Que ahí entra lo que es la palabra de formación y de cultura para poder enseñar a la gente. La gente necesita ser enseñada. Si no somos enseñados no podemos apasionarnos por el amor de Dios.

El amor de Dios trae una carga de revelación de la palabra, pero también trae una carga de formación para que nosotros seamos despertados en el propósito que el Señor tiene.

En San Juan 13:25 dice “y en esto conocerán que son mis discípulos si tenéis amor los uno por los otros”.

Yo he escuchado gente predicar y hablar de que los estadios se están llenando y que hay un avivamiento.

Yo respeto mucho eso. Pero para mí de manera personal avivamiento no es llenar un estadio porque eso lo puede hacer cualquier político.

Eso lo puede hacer cualquier youtuber, cualquier influencer. Es una movilización de gente, no es avivamiento. Avivamiento es estar conectado en el mismo espíritu de lo que Dios está hablando como lenguaje.

Usted está aquí en medio de un avivamiento en este día. Dios está hablando un mismo lenguaje a través de un espíritu de lo que quiere hacer sobre la iglesia en el estado Aragua y en toda Venezuela.

Necesitamos mostrar el amor de Jesús, amando la gente como Jesús la ama. Cada vez que alguien te haga un daño, recuerda que Jesús pagó un precio por la gente.

El perdón es una decisión, no una imposición. Cuando alguien te impone a hacer algo, tú lo haces por compromiso moral no espiritual, pero cuando algo viene por revelación es porque entiendes que no tienes para dónde ir.

Esa es la decisión que tiene que tomar. No hay otra decisión. Hay varias etapas que tienen la deslealtad, qué es bueno que las consideres brevemente en los próximos minutos.

Y una de ellas es la etapa de la independencia. En el primer libro de Samuel 13:10-11 en adelante, luego en casa usted lo estudia, lo analiza.

Ahí está la historia de Saúl cuando fue a la batalla y luego de ganar la batalla, luego de esperar varios días, no llegó el profeta Samuel, y él decidió por sí mismo ofrecer el holocausto.

Cuando él decide ofrecer el holocausto por sí mismo, una de las decisiones que él toma, el por qué debe de ofrecer el holocausto, uno era porque para él ya el tiempo se había acabado. Yo quiero que capte esto bien, por favor.

Porque nosotros muchas veces queremos manejarnos y gerenciarnos a nuestra manera, a nuestra forma, a nuestros hábitos y no entendemos el diseño del reino de Dios en cuanto lo que tiene que ver con la cultura de lealtad.

¿A quién nosotros le rendimos cuenta? Estoy sujeto, todo lo que Dios creó lo creó sujeto a algo. Quien puso a Samuel como profeta fue Dios, pero quien puso a Saúl como rey, ¿quién fue?

El pueblo, pero Dios lo permitió por la crisis que había. ¿Cuál era el trabajo o la asignación de Saúl? ¿Es el rey? ¿Y cuál era la asignación de un rey? Salir a la batalla, pelear.

Velar por la seguridad, por la estabilidad, velar por la familia, velar por la paz, velar por todos los compromisos de la monarquía como rey. ¿Y cuál era la asignación de un profeta? Era la voz de Dios para el pueblo.

No podía Saúl tomar el lugar de Samuel. Y cuando yo veo varios códigos acá en esta estructura bíblica y llega Samuel, Samuel lo primero que hace amonestarlo, lo que hiciste está mal, actuaste alocadamente, ¿por qué hiciste eso?

Ahora tu reino no va a durar, o sea, que la gente que es desleal tarde o temprano le viene su recompensa, porque lo que tú siembras es lo que tú vas a segar el día de mañana.

No entiendo cómo pastores a veces reciben personas en la iglesia y no preguntan, entonces vienen hablando mal del pastor de donde vienen, vienen hablando mal de las personas que lo estuvo mentoreando, vienen a hablarle mal del maestro que le enseñó, vienen a hablarle mal de todo. Si no hay una cultura de lealtad, fácilmente vamos a acondicionarnos a las emociones y al espíritu de conmiseración.

El espíritu de conmiseración no es misericordia.

La conmiseración es lástima. Y hay mucha gente que quiere dar lástima dentro de las iglesias y Dios no lo llama a usted a dar lástima.

Misericordia es compadecerse de los sufrimientos y miserias ajenas.

Usted tiene una posición como líder, tiene una posición como pastor, tiene una posición como profeta, la autoridad que Dios te ha dado no es de la tierra, la autoridad que te ha dado del cielo, y conforme tú abres lo del cielo, Dios te va a respaldar aquí en la tierra.

La identidad de la gente no está en lo que habla, está en el carácter que tiene formado.

No es por lo que tú dices, por lo que tú hablas. Es lo que tú representas. No confunden temperamento con el carácter, porque el temperamento es regulador de nuestras emociones.

Yo sé cuando alguien se siente bien o se siente mal simplemente viéndole la cara. Imagínese uno que está casado. Ya sabe qué un gesto de la esposa, ya sabe lo que le está diciendo a uno.

En la cultura de la lealtad hay diversidad, porque si la deslealtad está siendo una herramienta para dividir y para destruir la iglesia, la lealtad tiene que ser un sello del cielo para construir el reino aquí en la tierra.

Y satanás sabe que lealtad es un pueblo que va a mantener la estructura de gobierno, es un pueblo que va a mantener la estructura financiera, es un pueblo que va a mantener la estructura de llamado, es un pueblo que va a mantener el propósito y el sueño de Dios manifestado.

Hay que conocer la diversidad en todos los sentidos de la palabra.

La cultura de lealtad tiene que empezar en el ministerio de la estructura de casa de familia. Por eso que, ¿a quién es que Pablo le habla de administración?

A la iglesia de Corinto. ¿Y cómo era la iglesia de Corinto? ¿Ustedes la conocen? ¿Cómo era problemática? ¿Los problemas de inmoralidad, los problemas internos que tenían?

Esta cultura de lealtad a Dios, tenía que prevalecer y crear una cultura que destruya lo inmoral que se había levantado, porque la iglesia es la reserva espiritual y moral para la sociedad de hoy. Si no lo hace usted y lo hago yo, ¿quién lo va a hacer?

Nosotros somos los responsables. Ese compromiso es de nosotros. Y tenemos que tener un conocimiento claro, revelado. No toda mujer responde por los mismos detalles, los mismos regalos. Hay muchas mujeres que son de flores, de chocolate.

Yo admiro mucho eso, que te gusten las flores, los chocolates, la mía ni responde con flores ni chocolate. Si se lo regalo, ya se siente bien.

La pastora responde que yo le tenga la cama bien tendida, la casa acomodada, ahí tú le amas, que le ayudes, que estés con ella, que lo hagamos juntos. Ese es el amor. La cultura del reino y la cultura de la lealtad tienen un enlace.

Por eso yo le hablaba hace un momento del espíritu de conmiseración, que va en el tema de la independencia. No me he salido del contexto, quiero llevarlo acá un momento rápido y le puse el ejemplo de Pablo.

Cuando a Pablo lo pica la víbora, Pablo se sacude, pero lo que estaban viendo a Pablo cuando lo picó la víbora, ellos lo que estaban pensando se va a morir.

Y se quedaron viendo a ver qué pasaba porque todo el que le pica una víbora, ¿cuál es su final? La muerte. Que hay muchas víboras que están dentro del ministerio queriendo picarte.

Y si tú no tienes tu estructura clara de tu llamado y tu formación, la víbora te va a picar, si no tienes la revelación de sacudirte y entender que tu pasión y el llamado tiene que estar conectado con el Espíritu Santo, el cual va a tener fuego y va a desviar todo lo que venga allí a obstaculizar lo que Dios tiene para ti, vas a terminar muriendo.

Entonces, cuando el hombre se sacude la víbora en el fuego y la gente esperaba la muerte y ve que no pasa nada a la una y ve que no pasa nada a las dos y ve que no pasa nada a las tres, este hombre este hombre no es normal.

El que llegó con un espíritu de conmiseración terminó en la casa del hombre más pudiente que había allí, que fue la casa de Plubio.

El que nadie lo amaba, todo no querían que él se fuera. ¿Qué enseñó Pablo acá? Enseñó algo muy interesante. Cuando usted tiene independencia es porque usted no depende de nadie.

Si usted en el contexto de esto, de lo que sucede con Samuel, el ejemplo bíblico que le estoy poniendo del apóstol Pablo, va a entender que cuando estamos bajo el sello de Dios, todo lo que nosotros hagamos bajo ese sello tendrá un resultado espiritual.

Hay otra etapa que tiene la deslealtad, que es la justificación. Hay gente que se quiere justificar por todo. No, pastor, es que eso sucedió porque el diablo me agarró fuera de base. Me agarró frío.

Cuando la pastora habló del servicio, ¿sabe de qué me acordé? Me acordé de nuestro amigo Antonio Massi de Tampa. Él me llevó a predicar a una iglesia ahí muy importante en Tampa.

Y cuando yo llego con él en su carro nos estacionamos, vienen a recibirnos los servidores, y yo veo que el que viene a estacionar el carro en que andamos es una persona de mucha influencia en el béisbol, ya retirado, Mariano Rivera.

Dios usó a Massi, porque su área es el matrimonio, para restaurar una crisis que estuvo viviendo Mariano Rivera y este se quedó conectado al ministerio, congregándose allí.

Cuando yo vi eso dije, verdaderamente aquí no hay estatus, aquí lo que hay amor. El amor es lo que te lleva a conectarte con el llamado.

Si no tenemos eso bien claro nos vamos a sentir ofendidos. En vez de servir nos vamos a sentir ofendidos y la palabra dice que él no vino a ser servido ¿De quién está hablando?

¿De Jesús? ¿A qué vino Jesús? A servir. ¿A qué vino? A servir. Y si él vino a servir ¿Cuál es el legado mío como iglesia? Si no estoy cumpliendo el servicio entonces no estoy aprobado para recibir el beneficio del servicio. El beneficio de servicio es la recompensa por lo que nosotros hacemos.

Un día cuando tú estés delante del Señor y tú veas un detalle de Dios, un regalo, vas a decir por qué me das esto. Bueno, te quiero decir algo. Hay algo que se llama recompensa.

Y la recompensa que tú estás recibiendo es porque un día yo tuve hambre y me diste de comer. Es porque un día tuve sed y me distes de beber, es porque estaba desnudo y me vestiste, estaba descalzo y me calzaste, eso es recompensa.

Servir es una virtud que está relacionado al corazón de Dios.

Otra etapa de la deslealtad es la pasividad que es el estancamiento y la frustración. Cuando alguien está estancado muchas veces se siente frustrado.

La frustración hace que nosotros nos sintamos estancados y pensemos que estamos en un momento, tal vez de proceso, o nos hemos detenido porque no somos capaces o no tenemos las herramientas para nosotros poder llegar al lugar de destino y propósito.

Todos pasamos por esos momentos duros y somos probados en esos momentos duros.

Pero cuando nosotros entendemos que nuestra misión es nosotros seguir el legado de Jesús, no vamos a permitir que la etapa de la pasividad nos lleve a nosotros primero a la decepción y segundo a negamos servir. La única opción que tiene alguien que ha sido llamado al servicio de Dios es ponerse a disposición de él y la palabra no te da opciones.

Si usted no deja padre, a madre por causa de mí, usted no es digno de mí, dice Jesús. Yo soy digno del servicio a Dios cuando yo estoy dispuesto a darlo todo por él.

Cuando Elías se sintió frustrado, él se fue debajo de un árbol enebro, estaba depresivo y dijo me quiero morir. ¿Cuántos pastores muchas veces llegan a un momento de dolor y dicen yo no quiero seguir viviendo?

Usted y yo tenemos que estar claro de que satanás no quiere que nosotros cumplamos con nuestro llamado y la pasividad va a llegar para que nosotros no sigamos proporcionando lo que Dios nos ha llamado a proporcionar.

Entonces en la etapa de la pasividad llega el momento de la frustración que cuando nosotros sentimos que estamos perseguidos vemos la persona que Dios ha levantado como un enemigo.

Sucedió con Saúl y David. Saúl veía a David ya como un enemigo, no lo veía como alguien que Dios lo había escogido como parte de la transición del reinado, sino como un enemigo que lo que le quería era quitarle el trono.

Dios apartó a Saúl porque ofreció el holocausto, no esperó a Samuel, condicionó su asignación por la autoridad que tenía y Dios lo descalificó.

Cuidado si la autoridad que Dios te ha dado tú no la estás usando de la manera que Dios te ha llamado y está haciendo de ella algo indebido.

Porque cuando tú usas la autoridad que Dios te ha dado fuera de lo que es el llamado y fuera de lo que es el propósito de Dios, Dios se encargará él mismo de hacer cuenta por ello.

Y no le hablo solamente a los pastores le hablo también a los líderes, le hablo a todos los que estamos acá. ¿Qué sucedió con Elías? El ángel se le apareció debajo del enebro y le dijo levántate y come porque largo camino te resta.

¿Cuántos pensaron que no iban a estar aquí en medio de toda la crisis que ha sucedido? La mayoría. Porque tu llamado no es un llamado temporal es un llamado intencional por Dios en todas las estaciones.

El Dios de ayer es el mismo Dios de hoy y la promesa de Dios no tiene fecha de caducidad.

Tus ojos no se van a cerrar hasta que tú veas el cumplimiento de lo que Dios te ha hablado.

Y crear la cultura de la lealtad es la llave que va a bendecir todo lo que tú hagas dentro del marco de la palabra.

¿Y cómo yo sé que alguien es leal? Yo le hablé de cuáles son las características de alguien que es leal. Es una persona que ama, es una persona que se entrega, es una persona que se deja instruir, es una persona de carácter.

Y vuelvo a repetirle los temperamentos a veces los confundimos con lo que es carácter, sanguíneo, melancólico, flemático, colérico el carácter tiene que ver con lo que nosotros tenemos.

Ahora, el que es leal nunca revelará tu secreto. Primeramente, Por qué es un sello. Cuando alguien es leal y tú les revela un secreto esa persona lo va a mantener allí.

Saúl estaba buscando a David y David sabía quién era Jonatán porque era su amigo y y Jonatán sabía quién era David porque también era su amigo.

Los dos le han hecho un pacto de amistad. Y cuando Saúl quiso presionar a su hijo Jonatán para que le diga dónde está David. Él no le dijo. Fue rebelde dirían muchos.

Su código de lealtad, le dijo a él, claramente tú estás fuera de lo que es la lealtad papá, eres desleal, estás ocasionando daño al pueblo, el pueblo sabe que él ha sido escogido, lo quiere buscar para matarlo y no le reveló dónde estaba.

El delegar todo lo que dice es que no tienes fidelidad, porque ni con él mismo está comprometido.

El desleal no es un buen administrador, porque ni administra los recursos que tiene ni administra bien los dones que tiene, ni administra bien el ministerio que tiene y esto lo descalifica como amigo y alguien que no es capaz de ser tu amigo entonces no puedes ser tu discípulo.

Yo sé que alguien es leal cuando yo tengo la capacidad como pastor, como pastora, como mentor, como profeta, como evangelista, como apóstol, de que también sea mi amigo.

El gobierno espiritual que nosotros tenemos tiene que estar cerca de lo que es nuestro corazón.

Si estás cerca de nuestro corazón entonces nosotros vamos a saber que son personas fieles que corresponden al llamado y corresponden a la pasión que yo tengo.

El púlpito no es para que un pastor de consejería. El púlpito es para que un pastor predica la palabra de Dios, para que el maestro enseñe la palabra de Dios, para que el apóstol ponga los principios de la palabra de Dios, para que el gobierno de Dios sea estructurado en el cuerpo de Cristo.

Hay gente que se cae porque están navegando en dos aguas dicen que están contigo pero su actitud y su compromiso revela todo lo contrario. El que conmigo no es, dice Jesús, es contra mí. El que conmigo no recoge desparrama.

A la gente no le gusta que le digan esta verdad, sino que se le aplauda. ¿Lo ha hecho bien? ¿Cómo lo ha hecho bien? Si tú sabes que no estás honrando a Dios a lo que estás haciendo. Tenga mucho cuidado.

A veces la juventud representa dentro de la iglesia una estructura frágil.

En el sentido de que, bueno, porque son jóvenes, como son jóvenes tienen que vivir las etapas, tienen que vivir su momento, como un pastor joven, como es un líder joven, en la palabra no existe una calificación de edad para tú decir que sirves a Dios.

Ahora, está el estado de madurez, y en el estado de madurez de un ministerio es donde muchas personas se caen. Porque a veces pensamos que nos la sabemos todas.

Y como yo me la sé toda yo no necesito ser edificado por nada ni por nadie. Volvemos al espíritu de independencia. Recuerde que todo lo que Dios hizo lo hizo sujeto a algo. Cuando yo estoy sujeto estoy bajo autoridad.

Yo no puedo exigir autoridad si yo no estoy sujeto a una autoridad. Lo que usted exige es lo que usted tiene que dar.

La lealtad es un compromiso de defender lo que nosotros creemos.

¿Sabe cómo terminar lo que nosotros le llamamos el sistema del chisme dentro de un ministerio o de una estructura de gobierno en la iglesia? cuando hay una confrontación a través de la palabra

Y la palabra te da la clave. Llámelo, reconcíliese, hable con él, si no bueno traiga dos testigos y si no quiere con los dos testigos y no reacciona delante de toda la congregación, se tiene que acabar el chisme.

Si formamos una cultura de lealtad vamos a preservar lo que Dios nos ha dado en todo lo que tiene que ver con el ministerio. Dios se encargará de cumplir lo que él dijo que iba a hacer.

Recuerde esto, si estamos hablando que el avivamiento está en Venezuela, vamos a estructurar y a preparar y equipar la iglesia de adentro. Porque lo que sucede adentro va a explotar como una bomba afuera.

Dios va a hacer grandes cosas contigo porque te lo prometió.

El que está contigo es el que Dios quiere que esté. Gracias Señor vamos a empezar a hablar este idioma desde nuestra casa, los principios no solamente son para escucharlo.

¿Cuánto el diablo quiere herir a los pastores? A través de problemas en la familia, a través de problemas en la iglesia, a través de problemas con los hijos. Vengo a decirte de parte del Señor en este día, que Dios te entra a una temporada en que vas a empezar a estructurar la lealtad desde el lugar más estratégico que hay adentro, para blindarte contra todo ataque que quiera traer el enemigo para que tú no cumplas tu asignación.

Yo quiero que oremos en esta hora, porque Dios nos dé la sabiduría, el discernimiento, y que obedezcamos al llamado de urgencia de crear.

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